Lo siguiente que recuerdo después de
mi instintivo acto de recolección de piedras, es a un excesivamente tenso yo amontonando cantos, intentando desafiar a
la ley de la gravedad equilibrando torres difíciles. Cuando se acabaron las
piedras me senté sobre mi toalla y contemplé durante unos minutos esa especie
de ciudad que había formado ese conjunto de torres.
Por mi cabeza pasó que derrumbar
todas las torres no me costaría ni una milésima parte del tiempo que me llevó
hacer que pudieran mantenerse erguidas, de hecho, podría hacerlo de un solo
golpe.
Dicho pensamiento, bastante obvio,
adquiere otro significado si consideraba que colocar cada una de las piedras
que formaban cada una de las torres, que cada torre que constituía ese conjunto
me había llevado mucho más tiempo y esfuerzo. Colocar cada piedra era también
otra tarea ardua, ya que la estabilidad de la torre dependía de cada piedra que
elegía, cada piedra tenía que ser la correcta y la piedra correcta era aquella
que encajaba con la anterior. Se podría decir que cada piedra que ponía estaba
en el lugar que estaba debido a la anterior elección.
Sé que no estoy descubriendo nada
nuevo y que podría haber elegido un orden mejor para cada piedra para hacer
torres aun más estables y vistosas, sin embargo me gustaban las mías, porque
las había hecho yo, como mejor pude o quise y podían mantenerse erguidas.
Al fin y al cabo son solo eso,
piedras amontonadas, sin ningún tipo de nexo que las mantuviese unidas, las
mías, las mejores, las peores, las más altas o las más bajas, podrían
convertirse en un montón de piedras de una sola patada.
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4 comentarios:
Oh! cantos rodados....si los dejas en algún yacimiento por ahí capas piensan que los guanches hacían mini dólmenes aunque parecen más menhires.. bueno lo que sea, me entra la risa boba porque me imagino un revuelo debido a eso xDD
Me he liado mucho xD y reido sóla..
Llovizna: por lo menos te lo has pasado bomba tú sola con mi filosofada basada en un montón de piedras XD
Oh la lá, cantos rodados... Es usted canrio, llámelos por su canario nombre: 'callaos'...
En cuanto al impulso, yo, como médico aficionado, diagnostico que su cerebro primitivo no ha podido resistir el antiquísimo impulso de amontonar piedras... cual si fueran 'cairns' celtas.
i dont understand anything!
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