Por culpa de aquella niña...







Aquel post sobre el complejo del destronado me hizo
recapacitar sobre el tema de mi percepción contra la del resto del mundo, en el
inicio de mi andadura por este planeta, y empecé a recordar como desde el
principio, bastantes cosas que asumimos como ciertas venían dadas por terceras
personas.


Recuerdo cuando de pequeño descubrí la vergüenza, la cual no
aprendí yo solo, me la enseñaron...Con apenas cinco años de vida no tenía ni idea de que
estar en ropa interior era algo de lo que avergonzarse ¿Cómo pensar que algo
tan fresco y cómodo podría ser “malo”?


Vivía conforme a esa lógica hasta que un día una vecina,
hija de una amiga de mi madre que se encontraba de visita, al verme comenzó a
reírse, supe inmediatamente que algo que merecía burla era algo que tenía que
ser ridículo, no conocía muy bien los motivos ni por qué no se me había
informado, pero desde aquel día descubrí el miedo a ser objeto de burla y que
la desnudez parcial o total es motivo de risa. Obviamente, adquirí esta
conducta sin saber muy bien su sentido, simplemente me lo contagió. Desde ese
momento, me obsesionaba la idea de la opinión ajena, desde aquel día, supe que
cualquier cosa que yo creyera que está bien, podría ser objeto de burla, supuse
que habría unas normas externas que todos conocían menos yo y que si quería
sobrevivir, lo más sensato era imitar las conductas exteriores, solo así se
podía no ser un bicho raro y evitar que alguien se riera de ti.



Hoy en día, con esa edad bien atrás, recapacito y me doy cuenta
de que muchas veces cumplimos ciertas normas sólo porque están socialmente
aprobadas, y que hay muchas convenciones y conductas que asumimos para evitar
el ridículo y el desentono, llevándonos a renunciar a cosas que nos gusta o a
llevarlas en privado como un pequeño delito encubierto.


Aún sabiendo eso, soy incapaz de asumir ciertas conductas
que considero vergonzosas o ridículas a ojos ajenos. Y aunque hay cosas que no
cambian, si hace calor, en casa se va en ropa interior y camiseta, aunque por
culpa de la burla de una niña de 6 años a mi versión de 5 años, tengo que
ponerme unos pantalones como si la vida me fuera en ello cada vez que suena el
timbre de la puerta… no vaya a ser que me muestre en ropa interior.




P.D: Pensé que para esta semana tenía que soltar algo así más o menos interesante. desde que me ha dado por dibujar, este blog se ve algo más artístico y eso me gusta.


En el próximo episodio, volveré a hablar un poco de figuras, que hace tiempo que no toco el tema, ayer conseguí algo nuevo y ya va siendo hora, así que sin más nada que contar...

Hasta la semana que viene!

3 comentarios:

☥Sheila Uve☥ dijo...

Compleeeetamente de acuerdo!
Sin darnos cuenta (o sí quién sabe) nos hemos dejado dominar por pequeñas reglas por así decirlo... Y lo bien que estaríamos sin muchas de ellas!
Un saludo :)

N. dijo...

"Desde ese momento, me obsesionaba la idea de la opinión ajena, desde aquel día, supe que cualquier cosa que yo creyera que está bien, podría ser objeto de burla" Pues sí, a mi eso también me preocupa mucho, aunque intento que no me afecte...
Enfin, qué se le va a hacer, no se puede cambiar la mentalidad de todo el mundo.

Un abrazo!

Denisse dijo...

Todos estamos hasta cierto punto influidos por lo "socialmente correcto".

-- Ayer alguien me decia, tu misma dices que estas loca. a lo que yo conteste. "Dentro del contexto de lo socialmente aceptable si"

Jajaja no se si tiene que ver mi comentario, pero me ha gustado tu blog ! XD