Si es que basta que prepare algo que hacer ante la falta de cosas que subir y salen cosas de verdad hasta de debajo de las piedras.
Lo que hoy voy a comenzar a escribir será el primero de una serie de posts que escribiré a modo de diario o cuaderno de bitácora. Todo él girará en torno a una cosa: un órgano pequeño de iglesia de al menos dos siglos que se ha pasado al menos medio siglo soportando el sol y la lluvia, además de haber echo de cubil para algún que otro lagarto como el que se dejó ver cuando lo trajimos a casa.
Este será uno de los proyectos más alocados en los que me habré embarcado, además de ser el primero del que haré un seguimiento en mi blog.
Lo que vamos a hacer una persona anónima con experiencia en restauración de antigüedades y yo, con mi experiencia en reparaciones, con ese viejo órgano de iglesia; será restaurarlo y además que funcione y se pueda tocar. Ahora pondré unas fotos del trasto en cuestión y un vídeo en el que toco lo que se puede.
Suena bastante tétrico, muy peli de miedo antigua; para sonar necesita que estés pedaleando para meterle aire, las teclas destapan agujeritos, como si fuera una especie de flauta, y así es como suena,la verdad es que no tengo ni idea de tocar instrumentos, así que para mí SÍ es un descubrimiento.
Por hoy he terminado con el órgano, pienso fotografiar todo el proceso de restauración y rehabilitación del aparato, ya veremos como termina este berenjenal en el que me he metido voluntariamente, nos veremos en el próximo episodio del proyecto órgano centenario.
1 comentario:
Estaré atenta al diario sobre el órgano centenario, que con lo destrozado que está ahora tiene que ser muy curioso ver cómo vuelve a ser un instrumento bien bonito y que esté como nuevo.
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